¿Sabías que…
… el Mar Menor bañó al municipio de Murcia durante más de cinco siglos?

Así fue desde 1266, tras el privilegio otorgado por Alfonso X el Sabio al Concejo de Murcia para la explotación pesquera de la Albufera de Palos, hasta el año 1835 en que se crean nuevos municipios ribereños.

 

A mediados del siglo XIII, el municipio murciano se extendió al norte de la rambla del Albujón y a orillas de la laguna conformando el llamado ‘campo de Murcia’, como muestra un precioso mapa que se conserva en el archivo de la Real Chancillería de Granada; al sur de la mencionada rambla se abría el ‘campo de Cartagena’ (en la imagen de la derecha reproducimos el citado mapa, que ocupa la guarda interior de la Gran Enciclopedia de la Región de Murcia).

 

Tras aquel privilegio otorgado por Alfonso X el Sabio para la explotación pesquera de la laguna, llegarían una serie de reales cédulas de los Reyes Católicos, que tal y como explica Julio Más García en su artículo ‘La pesca artesanal en el Mar Menor’, sirvieron de base legal “en los continuos pleitos que por esta causa se suscitan entre la capital y los Regidores de Cartagena”.

 

Eso sí, en 1513 el concejo de Murcia afloja un poco en sus derechos, según consta en una carta ejecutoria en la que, prosigue Julio Más, “se da a Murcia la facultad de prohibir a toda persona el ejercicio de la pesca en el Mar Menor sin su autorización y de multar a los infractores, con la excepción de los vecinos de Cartagena, que tendrán la facultad de pescar en la mitad de la laguna más cercana a ellos y poder efectuar la venta del pescado en cualquier lugar”. El tira y afloja por este hecho se mantuvo más o menos vivo hasta el primer tercio del siglo XIX.

 

Al fin, en 1835 se segregaron de Murcia los nuevos municipios de San Pedro del Pinatar, San Javier y Torre Pacheco (este último lo había intentado ya en 1814, y entre 1820 y 1823), perdiendo de ese modo la capital su línea costera. Y así pervivieron los tres ayuntamientos citados hasta una nueva segregación, en este caso la del municipio de Los Alcázares respecto de Torre Pacheco, en 1983. Unos años antes se propuso una división comarcal de la Región de Murcia que no ha sido desarrollada, y que englobaba a los cuatro citados municipios en la llamada Comarca del Mar Menor.

 

Las conexiones sociales, culturales y económicas entre la ciudad de Murcia y la que fue llamada Inmensa Palus, más tarde Albufera de Palos y del Mar Menor, y actualmente Mar Menor, son muy estrechas. El veraneo de las gentes de la huerta, que se desplazaban a la laguna para tomar las aguas, es el referente original de la Semana Internacional de la Huerta y el Mar, fiesta iniciada en 1971 que se celebra en la segunda quincena de agosto en el municipio de Los Alcázares, y que lleva de nuevo a las orillas del Mar Menor todo el folklore, el baile, la música, la artesanía y la gastronomía huertana.

 

“La laguna llamada Mar Menor por el Licenciado Cascales fue la Inmensa Palus de la Antigüedad y a ella debe su actual nombre el Cabo de Palos”, explica Julio Más en el texto citado con anterioridad. Los musulmanes, que al principio adaptaron el latino Palus a Balus para referirse a la laguna, después le asignaron el nombre de ‘albufera’, definida por el diccionario de la Real Academia como “laguna litoral, en costa baja, de agua salina o ligeramente salobre, separada del mar por una lengua o cordón de arenas”.

 

Albufera proviene del árabe hispánico ‘albuḥáyra’, el Mar Chico, como relata Alfredo Porrúa Martínez en su artículo ‘Un diner de Jaime I en el Mar Menor (...)’ publicado en el número 2 de la revista Tudmir, del Museo de Santa Clara (2011).

 

Para acabar este pequeño homenaje a nuestro Mar Menor, compartimos dos textos más: uno es del periodista y escritor murciano José Martínez Tornel, publicado en el verano de 1888 en su periódico El Diario de Murcia; y el otro es un fragmento de un poema de la poeta cartagenera Carmen Conde, extraído de su 'Poemas de Mar Menor', escrito en Lo Pagán en el verano de 1959 y publicado en 1962.

 

Artículo de José Martínez Tornel sobre el Mar Menor (1888)

 

"Heme aquí instalado para pasar una temporada tomando los baños, y crea usted que no echo de menos (salvo la buena compañía de algunos amigos) los agradables ratos que he disfrutado en las playas de Águilas, Mazarrón y Torrevieja. Ninguno de los puntos que acabo de citar son superiores en condiciones de recreo a esta orilla del Mar Menor. Junto al hermoso lago que se extiende por todo lo que la vista alcanza a levante y mediodía (...).

 

No sé cómo no se ha explotado antes de ahora este hermoso punto de baños. Conociendo hoy su ventaja y su futura importancia, algunos propietarios han comenzado la construcción de casas más cómodas, más grandes y más adecuadas (...) para albergue de bañistas; y dentro de pocos años se habrá formado un cómodo pueblecito (...). Hasta ahora la animación es bastante regular. Además de muchas familias de San Javier, que acuden dos veces al día a tomar baños, vienen bastantes de Murcia, que residen en el pueblo, en la Calavera o en las cercanas casas de campo.

 

Además de sus bailes y cantos, es digno que me refiera al baño general del día de Santiago, a las doce. Una larga fila de bañistas se hallaba en pie a la línea de agua, y cuando el vigía puesto por ellos avisó la hora marcada en el reloj del establecimiento balneario, todos, como movidos por un resorte, se lanzaron al lago, pues según ellos, el agua de ese día y esa hora tiene una virtud especial que le da el Santo Patrón de las Españas. Pero lo más chocante de estas costumbres son los enterramientos. A la vez que unos se lanzan al agua, otros hacen una especie de sepultura a flor de tierra, y allí tienden al que tiene padecimientos crónicos, cubriéndolo con una espesa capa de arena, dejándole libre la cabeza únicamente".

 

‘Poemas de Mar Menor’, Carmen Conde (1962)

 

Fragmento de ‘Contemplación absorta’

 

Eres pequeño y robusto como un campesino antiguo

que llegó desde las tierras de Ulises y Nausicaa.

Nadie te agota, y vinieron a dársete muchedumbres

de labriegos que alimentas con peces de tus corrales.

 

Profusamente habitado por una fauna preciosa

palpitas junto a los campos de almendros y de olivares.

Siempre iguales, siempre juntos. Indiferentes al tiempo.

Sois la eternidad perfecta. Vine y me iré. Quedaréis.

 

¡Quedándote eres profundo, como sólo un mar lo puede;

como solamente un cielo que te crece de la boca!

Apenas si la distancia cuenta contigo, mar mío.

Todo está cerca y lo mismo: un gran sueño con orillas.

 

 

Fuentes:

 

‘Atlas Histórico Ilustrado de la Región de Murcia y su antiguo Reino’, dirigido por Miguel Rodríguez Llopis y coordinado por José Miguel Martínez Carrión. Páginas 216-217. Fundación Séneca. Murcia, 2006.

 

‘Pueblos de la Región de Murcia’, Serafín Alonso Navarro. Páginas 387-396 y 580-586. Ediciones Mediterráneo. Murcia, 1989.

 

‘Gran Enciclopedia de la Región de Murcia’, tomo 8, página 193 y guarda interior. Ayalga Ediciones. Murcia, 1995.

 

La pesca artesanal en el Mar Menor, Julio Más García. 1983.

 

La remota albufera de Patnía que Murcia gobernó, Antonio Botías. Diario La Verdad, 27 de enero de 2019.

 

Un diner de Jaime I en el Mar Menor y su relación con la presencia aragonesa en el campo de Cartagena durante la Baja Edad Media, Alfredo Porrúa Martínez. Revista Tudmir, número 2. Páginas 123-140. Murcia, 2011.

 

Mar Menor, Región de Murcia Digital.

 

'La gente es consumidora de mitos... El mito turístico del Mar Menor', José Luis Andrés Sarasa. Papeles de Geografía, nº 22, Volumen 11, Páginas 5-17. Murcia, 1995.

 

Poemas de Mar Menor’, Carmen Conde. 1962.


© 2014, Museo de la Ciudad Ayuntamiento de Murcia Nota legal · Política de privacidad