¿Sabías que…
... la Glorieta era uno de los lugares de ocio veraniego en la ciudad hace cien años?

El 14 de junio de 1921, el diario El Liberal publicaba una nota de protesta en torno a una actividad espontánea de ocio estival en la ciudad, unas ‘veladas’ creadas por la fuerza de la costumbre y que, sin saber el motivo, habían quedado en suspenso tras la festividad de San Antonio de aquel año.

 

Por entender que el ayuntamiento no había propiciado las condiciones que solían facilitar estos encuentros de paseo, parada, charla y música en la Glorieta, el cronista instaba a los gobernantes con urgencia a darle una solución.

 

Reproducimos la nota íntegramente, por ser bastante curiosa. En ella no falta la sempiterna referencia a la belleza de las mujeres, claro, con la también clásica referencia a Dios como responsable de sus “dones”:

 

‘Las noches en la Glorieta’

 

“Otros años, a estas alturas de la estación estival, el reportero cogía la pluma para escribir la consabida nota del día; y a falta de otro tema, recurría al consabido y tan manoseado de las noches en la Glorieta, en donde se encontraba ocasión de cantar la belleza de la mujer murciana que, ataviada de sus mejores galas, acudía a las veladas familiares.

 

Este año el reportero echa de menos las agradables veladas nocturnas. Era costumbre que comenzaran el día del Corpus o el de San Antonio. Llegó este día y acudió presuroso a la hermosa explanada; pero, ¡oh, decepción! La Glorieta estaba más sola que un caracol en su concha.

 

El día de San Antonio siempre ha habido servicio de sillas en el paseo. Este año aún permanecen en los sótanos que las guarecen. Otros años, cuando la festividad de San Antonio caía en el almanaque después de la del Corpus, una banda de música alegraba el paseo con sus sones. El pasado año, por último, la Glorieta apareció luciendo seis o siete focos de luz eléctrica de 300 bujías cada uno. Anoche alumbraban solamente los clásicos faroles, que prestaban a la Glorieta una oscuridad de cementerio, y el que quiso oír música tuvo que ir a buscarla a las fiestas callejeras de los barrios extremos.

 

Las mujeres, estas hermosas mujeres de Murcia, acudieron anoche a la Glorieta rindiendo culto a la costumbre tradicional. Pero se encontraron chasqueadas. Allí no había ni música que quitara las penas del amor, ni sillas donde sentarse, ni luz con que exhibir los dones de que Dios las revistiera.

 

Allí no había nada. Y tuvieron que regresar, unas a sus lares y otras a los espectáculos públicos. El reportero también tuvo que buscar refugio en alguna parte y vino a la redacción, en donde trazó estas líneas que sirven para comentar la nota del día.

 

Y al cerrarlas, se le ocurre preguntar: ¿es que las clásicas y agradables veladas familiares van a ser suprimidas este año? ¿Hasta cuándo espera el señor Rebordosa para establecer el servicio de sillas en la Glorieta? ¿Es que durante todo el verano el alumbrado de ese paseo lo van a prestar esos faroles antiestéticos que lo tienen en tinieblas?

 

Y preguntamos esto porque era lo que anoche preguntaba la gente chasqueada al retirarse del paseo a donde había acudido para encontrar unas horas de solaz y esparcimiento.

 

Ahora, quien pueda y deba, que conteste; pero valdría más que lo hiciera con hechos en vez de con palabras”.

 

Fuentes:

-Hemeroteca digital del Archivo Municipal de Murcia:

El Liberal, martes 14 de junio de 1921, página 1. Se puede consultar pinchando en este enlace.


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