¿Sabías que...
... la manzana es uno de los frutos con mayor carga simbólica en la historia del arte?

Traemos esta pregunta a colación de dos hechos coincidentes en el tiempo: por un lado, la efeméride del estreno de 'Snow White and the Seven Dwarfs', la popular película de animación titulada en España 'Blancanieves y los siete enanitos', que tuvo lugar el 21 de diciembre (de 1937). Y por otro, la exposición temporal 'In Nomine Dame', dedicada a Santa María de la Arrixaca, que acoge el Museo de la Ciudad entre el 16 de noviembre de 2021 y el 27 de marzo de 2022.

 

Por ese motivo, el 21 de diciembre de 2021 nos hicimos esta pregunta: ¿qué elemento pueden tener en común un clásico del cine infantil y una imagen medieval de la Virgen María? Ese elemento común es la manzana. El fruto del manzano.

 

Una manzana envenenada es lo que usó la malvada reina, disfrada de bruja, para tentar a Blancanieves en la película de Disney; y una manzana es también lo que usó la serpiente para tentar a Eva y provocar nada menos que el pecado original. La diferencia es que, en efecto, el cuento original de los hermanos Grimm, en el que se basó el clásico de animación y que fue publicado en 1812, sí que incluía de manera expresa la dichosa manzana como cebo de la tentación, mientras que en el caso de Eva y Adán, nada se dice en la Biblia respecto de esa fruta.

 

¿Por qué, entonces, siempre se ha repetido que fue la manzana la que nos llevó al desastre? Posiblemente por una interpretación literal del latín en los textos bíblicos: el diccionario de la Real Academia Española nos dice que la palabra manzana proviene del latín 'mattiana', 'mal', pero que en el caso concreto del fruto deriva de 'Matius', un tratadista del siglo I A.C. que escribió sobre agricultura. Según la Biblia, Dios advirtió a Eva y Adán de que los únicos frutos prohibidos en el Paraíso eran los del árbol del conocimiento del bien y del mal, 'malus', y por ese motivo se le otorgó la pesada carga del mal a la pobre manzana.

 

Pobre manzana y pobre Eva: ella llevó una carga más pesada y dolorosa, la del pecado original. A Blancanieves la redimió de su error (la salvó del hechizo) el inesperado y oportuno beso de amor verdadero del príncipe. ¿Quién redimió a Eva y la especie humana del supuesto desliz? Respuesta: la Virgen María.

 

La Virgen era representada en la Edad Media con una manzana en su mano derecha, por su trascendental papel de 'nueva Eva', y con ello quedaron asentados tanto el concepto de 'nueva Eva' otorgado a María, como el simbolismo otorgado a la propia manzana, fruta que en las manos de la Virgen también adquiere la pureza.

 

Un ejemplo de ese tipo de representaciones lo tenemos en Murcia, y es Santa María de la Arrixaca, imagen medieval en la que la Virgen es trono de Dios, recogiendo en su regazo al Niño y sosteniendo la mazana con su mano derecha; vemos a la Virgen como redentora de los pecados, a la 'nueva Eva', al modelo a imitar.

 

A la derecha de este texto incluimos una de las obras que forman parte de la exposición 'In Nomine Dame', la de Desiderio Guerra, 'Perro Pinto', donde recrea a la Arrixaca y donde distinguimos claramente el volumen rojo y redondo de la manzana.

 

El de la manzana también es el asunto que explora Carmen Cantabella en una de las obras que aporta a la muestra: sobre un madero, nos presenta una brillante y lustrosa manzana con la inscripción en inglés 'safeway of temptation', camino seguro de la tentación.

 

Pero ésto no acaba aquí: hay más manzanas famosas en la historia... Tenemos la del juicio de Paris, una manzana dorada con la inscripción 'para la más bella', que la diosa de la discordia, Eris, dejó caer sobre la fiesta de la boda de Peleo a la que no había sido invitada. ¿Para qué?

 

Fácil explicación: para hacer honor a su mayor propósito: provocar discordia. Encargado Paris de tan complicada elección, la de 'la más bella', de entre Hera, Atenea y Afrodita se la concedió a la última, bien es cierto que 'sobornado' por la diosa del amor. La versión extendida de esta historia incluye nada menos que el rapto de Helena y el desencadenamiento de la Guerra de Troya.

 

Otras manzanas históricas son la de Guillermo Tell, puesta en la cabeza de su hijo y atravesada por una flecha gracias a su certera puntería; la que golpeó la cabeza de Isaac Newton por culpa de (o gracias a) la gravedad; la que dio nombre a la discográfica de The Beatles; o la que Steve Jobs eligió como símbolo de su prestigiosa empresa teconológica.

 

Más: la popular Gran Manzana. Realmente es alargada porque se refiere a la isla de Manhattan, corazón de la ciudad de Nueva York. Pero en todas las ciudades hay manzanas aunque no haya manzanos, porque una manzana es también una agrupación de edificios rodeados por calles.

 

En tiempos recientes estamos oyendo hablar de 'supermanzanas', que no son manzanas extraordinarias ni superheroínas, sino una agrupación de varias manzanas urbanas como respuesta al caos circulatorio.

 

Y una última cusiosidad para cerrar el círculo: el hueso del cuello que en España conocemos como 'nuez', en inglés recibe el nombre de 'manzana de Adán', 'Adam's apple', por el difícil trago que tuvo que pasar Adán (y Eva) con aquello del mordisco a la manzana y el pecado original.

 

Para saber más sobre la exposición 'In Nomine Dame. Santa María de la Arrixaca. Símbolo y forma', pincha en este enlace.


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