Exposiciones
Cañamazo y Realce
Micro-exposición. Colección Bernal Zamora.
Fecha Del 01/07/20 al 28/08/20

El Museo de la Ciudad es el resultado de un conglomerado de colecciones de muy diversa naturaleza y procedencia. El grueso de la colección lo conforma el patrimonio municipal, la colección arqueológica y las cesiones realizadas por particulares. En este último grupo hemos de englobar la colección `Bernal Zamora´ parte de la cual mostramos en esta micro exposición.

 

El bordado es un arte que consiste en la ornamentación por medio de hebras textiles, de una superficie flexible.

 

Los romanos llamaban a esta ornamentación plumarium opus, en virtud de la semejanza que tienen algunas de estas labores con la pluma de ave. Y como se consideraba en el bordado un procedimiento similar a la pintura llamaban a las vestiduras bordadas túnica picta o toga picta. No se conservan bordados que puedan adjudicarse con certeza a la Edad Antigua salvo los de algunos tejidos coptos de la época romana, pero no cabe duda que los hubo excelentes en Asia, Egipto, Grecia y Roma. La invención y el primer desarrollo de este arte debe atribuirse a los babilonios.

 

Los motivos de los bordados medievales suelen ser los mismos de las estofas (cualquier tejido de seda o lana con labores de figuras formadas por el tejido), al principio tomados de los persas. Posteriormente se mezclan con otros cristianos y enseguida triunfan éstos ya desde el siglo XII. En el XIII empiezan a bordarse escudos y otros motivos de caballería sobre piezas lujosas, se complica la composición y desde el siglo XIV aumenta la variedad de colores en las sedas.

 

Durante la Edad Media abundan los bordados con diferentes clases de puntos: al pasado, cruzado y de cadeneta. Este último va desapareciendo hacia finales del siglo XIV en que prevalece el punto llano. Los bordados de oro o de plata, que con los de lana eran los más comunes hasta el siglo XIII, siguen la técnica del género llamado plano. El uso de las lentejuelas en los bordados parece de invención islámica y ya en el siglo XIV aparece entre las labores cristianas. El bordado a realce comienza en el siglo XIII y llega a ser muy común en la segunda mitad del XV. Se le ha llamado “pintura de aguja”  por las figuras bordadas con sombras y degradación de tintas, imitando las telas pintadas. En el siglo XV en Italia se inicia el procedimiento del oro matizado el cual pronto se hizo común en Flandes y se generalizó en España durante el siglo XVI. En este último siglo aparece el bordado a canutillo que sigue en uso hasta hoy.

 

"Labores propias de su sexo" es una expresión muy habitual en los textos educativos del siglo XIX. En España según el artº 198 Real Decreto de 16 de febrero de 1825, aprobado y mandado poner en ejecución el Plan adjunto y Reglamento de Escuelas de Primeras Letras,  cuando se refiere a las niñas dice: "En las Escuelas de primera clase, además de la enseñanza cristiana para los libros que van señalados, la de leer por lo menos, en los catecismos, y escribir medianamente, se enseñarán las labores propias del sexo; a saber: hacer calceta, cortar y coser las ropas comunes de uso, bordar y hacer encajes u otras que suelen enseñarse a las niñas." 


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Cañamazo y Realce
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