Pieza destacada
Bocetos para carrozas de Antonio González Conte

El Museo de la Ciudad posee tres piezas del popular carrocista y pintor Antonio González Conte: se trata de dos bocetos en papel y un boceto escultórico para carrozas de desfile. Fueron donados por su hijo Antonio González Barnes, periodista y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Murcia entre 1995 y 2007.

 

Los dos bocetos pictóricos que forman parte de la colección permanente del Museo de la Ciudad, ambos realizados en técnica mixta sobre papel, se corresponden con una carroza de motivos orientales para el desfile de la Batalla de las Flores, fechado en 1960, y una carroza para el desfile del Entierro de la Sardina en torno a la figura de Vulcano, fechado en 1966.

 

Por su parte, el boceto escultórico, realizado en barro cocido y policromado y fechado en 1970, también está concebido para el Entierro de la Sardina: en él, es la propia sardina la que cobra protagonismo. Observamos a un grupo de animales marinos en actitud de llanto y dolor por la sardina, que se deja arrastrar medio moribunda en un mar encrespado. Entre las olas, varios peces y dos tortugas lloran la pérdida, y al frente, como la figura que adorna la quilla de un barco vikingo, vemos un apesadumbrado caballito de mar.

 

Antonio González Conte (1920-1983) recibió su primera formación artística en la Real Sociedad Económica de Amigos del País, donde aprendió dibujo natural y lineal y donde conoció, entre otros, al gran maestro Sánchez Picazo. Todavía en su juventud, Conte comenzó a cultivar la caricatura y colaboró con el periódico murciano El Liberal. Su actividad como caricaturista lo llevó también a trabajar en Extremadura y Andalucía a finales de los años 30.

 

De vuelta a Murcia, en la posguerra, entró a trabajar en la fábrica familiar de juguetes de cartón y creó su propio estudio, en el que, en su tiempo libre, se dedicaba a pintar toros. En paralelo fue desarrollando sus capacidades en el modelado de cartón, y en 1943, con 23 años de edad, presentó su primera carroza al desfile de la Batalla de las Flores: 'Popeye'.

 

En el arte efímero del cartón encontró un nuevo medio de expresión plástica para llevar a la escultura su habilidad como caricaturista. Y con 'Popeye', que recibió la atención y el aplauso de crítica y público, inició su fructífera carrera en el mundo del carrocismo: sólo un año después, en 1944, construyó varias carrozas para el Bando de la Huerta, y en los dos años siguientes se sumó al desfile del Entierro de la Sardina.

 

Además, Conte no se limitaba a diseñar y modelar las carrozas, sino que creaba todo aquello que debía rodearlas y acompañarlas durante su discurrir urbano, diseñando una escenografía y preocupándose también por los símbolos y por la indumentaria de quienes formasen el cortejo. De dichos detalles dan cuenta sus trabajados bocetos pictóricos a color, como los dos del Museo de la Ciudad. También se aprecia ese carácter detallista y perfeccionista en el boceto escultórico, en el que no deja parte alguna sin modelar ni pintar cuidadosamente.

 

En las tres piezas que conserva el Museo de la Ciudad no solamente comprobamos la destreza artística de Conte con el pincel y su amor por el detalle en clave estética, sino que además podemos observar las medidas de los diferentes elementos que componen las carrozas, trazadas a lápiz en los márgenes de los dibujos.

 

Durante la década de los 50 sucedieron varios hechos importantes para su trayectoria artística y su propia vida: la muerte de su padre, la dura competencia de nuevas fábricas y materiales en el sector del juguete, con el consiguiente cierre del negocio familiar, y un impulso a su labor como carrocista al comenzar a recibir cada vez mayor número de encargos.

 

Así, los Carnavales de Cádiz requirieron de sus servicios, y después, muchos festejos en toda la provincia y en todo el país le pidieron nuevos diseños.

 

En la década de los 70, Antonio González Conte retomó de manera continuada su faceta como pintor, volviendo sobre temas taurinos y explorando asuntos florales. Precisamente, en el año de su muerte tenía previsto inaugurar una exposición que, bajo el título de 'Flores', se iba a sumar a las actividades de las Fiestas de Primavera de 1983.

 

En 1990, el Palacio Almudí acogió una exposición titulada 'Conte. Bocetos para una fiesta', en la que se mostraron muchos de sus dibujos y pinturas preparatorias para carrozas y elementos de desfiles que, por la manera de trabajar del artista, tienen toda la fuerza de una obra acabada y pensada para perdurar, frente a las propias carrozas de cartón, que, por su material, están llamadas a deteriorarse en el uso y el paso del tiempo.

 

En el catálogo de dicha exposición podemos leer textos de los periodistas García Martínez y Antonio Parra, de Antonio González Barnés, de José Antonio Melgares Guerrero y de Francisco Martínez Pardo.

 

Fuentes:

 

'Conte. Bocetos para una fiesta'. Catálogo. Ayuntamiento de Murcia, 1990.


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