Sala Alfonso X
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Planta primera En la primera planta mostramos las transformaciones que experimentó la ciudad desde el reinado de Alfonso X el Sabio hasta el XVIII, así como otros elementos fundamentales de su historia, como la trascendencia del cultivo de la seda, el cambio de patronazgo cristiano, el escudo de la ciudad o la convivencia de la vida urbana con la rural, materializada en el entorno de la huerta. Como complemento del discurso cronológico, en esta planta contamos con dos salas temáticas: la de Alfonso X está dedicada a la figura del rey Sabio y a su relación con Murcia, mientras que la Sala del Imafronte profundiza en el lenguaje artístico y en el mensaje histórico de la fachada principal de la Catedral de Murcia. Además, en esta planta se ubica una de las dos salas para exposiciones temporales con las que cuenta el Museo.
La Sala del Rey Sabio

Alfonso, hijo del rey Fernando III el Santo, todavía era Infante de Castilla cuando firmó la Capitulación de Alcaraz con los musulmanes murcianos. Corría el año 1243. A partir de ese momento la ciudad vivió un periodo de 20 años conocido como el Protectorado: Murcia recibía protección por parte de Castilla a cambio del pago de impuestos y de la llegada de nuevos pobladores cristianos, aunque los musulmanes conservaban sus posesiones y su fe. Siendo ya rey, Alfonso X el Sabio debió enfrentarse a una revuelta mudéjar, para lo que solicitó la ayuda de Jaime I de Aragón. El rey aragonés tomó Murcia definitivamente y la cedió a Castilla en 1266.

 

El Rey Sabio dio a Murcia el fuero de Sevilla, organizó el repartimiento de la huerta y concedió varios privilegios a los nuevos pobladores. Además, fue conocido su interés por la cultura y la ciencia, lo que le valió su apodo de El Sabio. Quiso que el intelectual musulmán Al Ricotí permaneciera en la Murcia cristiana para fundar una escuela que diera continuidad a la madrasa, petición que fue rechazada pero que dejó para la historia el primer intento de crear una universidad. De hecho, el escudo de la Universidad de Murcia -fundada en 1915- representa a Alfonso X en 1272.

 

Alfonso X el Sabio cultivó las artes y las letras, fue autor de un gran corpus jurídico, se interesó por juegos como el ajedrez y los dados y compuso las famosas Cantigas de Santa María, tres de las cuales fueron dedicadas a Murcia. A la Virgen de la Arrixaca, primera patrona cristiana de Murcia, le brindó la número 169. De Alfonso se alabó no sólo su sabiduría, sino su intención de rodearse de personas sabias sin importar su origen ni religión. Por el amor que le tuvo a Murcia, en su testamento pidió que su corazón y sus entrañas reposaran en la capilla del Alcázar murciano; hoy se encuentran en una urna en la Catedral.


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